jueves, 22 de octubre de 2009

Confesiones de media noche

Iban a dar las 12 de la noche ya me debía encontrar dormido, cuando sonó mi celular con ese timbre que me estresa, tal vez y por eso lo elegí, era geraldine a la que tanto molestaba en la universidad, no lograba entender lo que decía, parecía que estaba llorando. En ese instante colgó antes que me deje hablar.
Intente dormir, por que ya debía estar dormido, si me desvelaba un poco mas se me iba a hacer tarde al despertar, por qué, diablos! como me gusta dormir. Pero la duda me asechaba a cada instante, cogí el teléfono y la llamé, Geraldine, estas bien? le pregunté algo preocupado, y el silencio parecía ser dueño de esa conversación, volví a preguntar y tratando de calmarse respondió, "...parece que no".
no sabia que decir, no sabia como intentar ayudar, ya era mas de las 12, por instantes pensé, bueno es su problema ni siquiera somos tan amigos, en fin adiós, pero no era lo correcto y diablos! no podría dormir con esa carga en al conciencia.
El problema ya se había hecho casi mio, lo único que hice fue preguntar ¿donde estás? era lo mas importante en ese instante, me preocupaba la situación y estaba despejado de ideas, y entonces el llanto parecía volver en su voz, y le dije calmate, calmate, vamos a coversar tranquilos. Dime donde te encuentras, si estas fuera de casa puedo ir a verte. Era una gran mentira, intuía que estaba en su cuarto, llorando por un desamor, no pensaba salir, no en esa noche tan fría.
esta bien, estoy llegando a tu casa en cinco minutos... y apenas colgó, volvió a llamar, estoy afuera, sal y volvió a colgar, no me dejo tiempo ni de articular una palabra, mi tonta idea para tratar de escapar del problema me aferro mas.
Tonto, tonto, es lo único que repetía en mi mente, seguro esto me traerá problemas, seguía repitiéndome mientras me abrigaba para salir, no me podía imaginar que hacía cerca a mi casa que recuerde ella vive en Jesús María, cerca a la Universidad, en ese instante empezó a llover como un diluvio, a llover como si desde los cielos maldecian el momento.
Abro la puerta con un cierto miedo y en esa distancia en ese corto tiempo ella ya se encontraba empapada por las lágrimas del cielo, que parecían querer disfrasar su llanto. Me apresuro a abrigarla con una casaca que llevaba puesto y la hago pasar a mi cuarto, no quería prender la luz para evitar que viera el desorden, pero era inevitable, solo atine a culpar a mi hermano.
le serví un poco de café que tenia a la mano, aun que estaba tibio y me empezó a contar su problema como si me fuese a interesar, y de verdad si era un problema de amor, ya lo suponía, no le preste mucha atención aun que finji hacerlo.
acabando de hablar ella sacó de su cartera un ron que había comprado en el grifo de la avenida ferrero, algo me decía que ella sabía que yo aceptaría conversar que yo aceptaría tomar, por el simple hecho de ser sábado no quiere decir que tomemos, le dije, mientras ella se servía y me extendía la botella.
acepte por compromiso, y dijo, sabia que lo harías, estas mejor? le pregunte, y con una sonrisa lo dijo todo, se veía desahogada, iba vestida como para una fiesta, a lo mas probable por eso estaba cerca a a mi casa, aun que en su historia, me lo habrá contado pero no le quise oír.
la botella iba y venia, el alcohol hacia efecto, ya veía a donde quería llegar ya sabia lo que proponía preguntar...
-¿estas molesto aun? pregunto con suspicacia. Molesto yo? molesto jaja -respondí- molesto por qué? por que sabias que me gustabas y te aprovechaste, o por que nunca dijiste que tenias enamorado y aun así, salias conmigo y me dabas falsas esperanzas. o molesto por que siempre recurrías a mi en tus problemas, como hoy? que deseas que te escuche lo bien que te va, o lo mal que te va, ya no es de mi interés, acaso por eso no dejamos de ser amigos, las lágrimas y el alcohol son una mala conbinacion, no había nada que me hebite el llanto.
Me había exaltado demasiado, me había acalorado, hace mucho tiempo quise decírselo en la cara, y ese día tuve la oportunidad. no dijo nada, yo tampoco nos quedamos en silencio un buen rato y aun así seguimos tomando.
Lo siento, dijo después de un buen rato... me abrazo, y en ese intente me di cuenta que había sido mucho trago por esa noche, se había quedado dormida en mis brazos, suerte que mi hermano no iba llegar a dormir por que tenia un cumpleaños, así que la acosté en su cama, y yo me quede sentado bebiendo hasta el amanecer...

jueves, 8 de octubre de 2009

Mes Morado

No me acompañan flores ni
velas a un lado, no he muerto,
pero diablos como he pecado.

Aun que tengan razón y apesar
de mis errores jamás me veran
vestir de morado.

Sin muchedumbre yo tambien
he camiado por esas calles y no
me puedo comparar ni llamar
santo, por mas cerca que este
del otro lado.

Escuchame

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