Era un sábado no quería ir a la universidad todo me daba vueltas me sentía tan cansado, mi cuerpo aun combatía los excesos de alcohol de una noche anterior, ese maldita punzada en mi cabeza no me dejaba en paz.
Todo maltratado y con una pereza que no quita ni un baño helado llegue a clase, eran las 10 a.m. en Jesús Maria se sentía el frió un poco mas denso, ingrese al salón puntual, si me acordara bien juraría que fui el primero. Me senté en la esquina de siempre, esperando a mi contrincante del día, si no me equivoco sería víctor, Estaba apoyado en la mesa sobre mi mochila intentando dormir aun que sea unos minutos antes que ingresen todos y me vea así el profesor.
De pronto “¿disculpa me puedo sentar aquí?” hizo que me levante algo asustado por que de adeveras si me había quedado dormido y había sido mucho tiempo el salón ya estaba completo solo faltaba víctor. conteste “si claro siéntate!”
era ella, “libra” la llame así para no confundirla con los demás no uso su nombre por que no lo quiero gastar, en mi interior rogaba por que víctor no llegue no quería que me arruine el momento.
Empezamos a jugar, empieza le dije! Y me dijo no, hazlo tu. Yo en mi estupido intento de caballerosidad le insistí inicia tu, Y me dijo: gracias, pero las piezas blancas inician primero.
Lo había olvidado, me sentí tan avergonzado, y ella solo Atino a reírse. en un instante le había creado mil poemas, a lo cierto debió ser el alcohol que aun me asechaba
moría por decirle esa mirada me encanta, esa sonrisa me hace temblar. Su luz parecía un sendero, desde la puerta hasta aquí, su mirada me plasmaba ciertas dudas de autenticidad de verdad es humana? parece de un origen divino, radiaba como una diosa su aroma era tan agradable como si drogase mis sentidos.
no sabia que era lo correcto, me distraía con facilidad al jugar, no podía hacer una jugada certera, no debía ganar, no podía, tenia que perder si o si, no quería ver su cara de derrota, aun no, tenia que perder como sea, pero se dio cuenta a tiempo y sin balbucear me dijo, no debes dejarme ganar puedo derrotarte si yo quiero, parecía un juego un tanto absurdo, los dos estábamos intentando perder.
No soy de cortejos, no lo soy, le dije y empezamos a conversar y creamos nuestro propio ambiente amical, le conté un par de chistes por que es lo único ameno que se hacer, solo quería ver su sonrisa, y oírla reír, le comente unas anécdotas de esas que tengo bien guardadas, y no paraba de reírse, toda mi vida le parecía un chiste y ya era como la tercera advertencia del profesor, hasta que se harto y nos sacó del salón, eso era lo que buscaba y por ella estaba bien,
Conversábamos mientras recorríamos todos los pasajes secretos de la universidad que mas parecían callejones, guaridas, escondites algo propicio para el momento, buscábamos donde sentarnos cuando le dije deseas un café? con tono energético dijo claro! Para este frió caería muy bien, pero está cerrado la cafetería, donde lo vas a conseguir? Tenia razón, el único lugar con café en ese momento era la sala de profesores, y entrar ahí es arriesgarse a una amonestación con el rector, y si mal no recuerdo ya tenia una por otros motivos.
Me reto a que no era capaz de coger el café, lo dude y le dije no lo se, tal vez me gane líos, pero luego asentí con la cabeza sin decir nada y esquivando la cámara de seguridad entre a escondidas tome dos vasos y Salí casi corriendo, nos sentamos en unas escaleras que están por la vuelta, donde pocos transitan, conversamos de la vida, nos reíamos de cualquier estupidez que decíamos, quedamos en ir al cine de risso que era el mas cercano, pero preferimos ir al billar, pero que raro… sabia jugar, le dije que deje vencerme pero en realidad me ganó por que si.
Pasamos hasta la tarde, fuimos a comer a “el buen sabor” pero que raro… también le encantaba el arroz chaufa, bebimos unas latas de cerveza caminando hacia la Av. canevaro, ella iba para san Borja y yo para mi casa
Nos despedimos sin despedir, sin decir mas, antes de irse le dije libra y precia entenderlo, no habia que explicarselo, nos volveríamos a ver el siguiente sábado en el taller de ajedrez, aun que la verdad no entramos.
De pronto “¿disculpa me puedo sentar aquí?” hizo que me levante algo asustado por que de adeveras si me había quedado dormido y había sido mucho tiempo el salón ya estaba completo solo faltaba víctor. conteste “si claro siéntate!”
era ella, “libra” la llame así para no confundirla con los demás no uso su nombre por que no lo quiero gastar, en mi interior rogaba por que víctor no llegue no quería que me arruine el momento.
Empezamos a jugar, empieza le dije! Y me dijo no, hazlo tu. Yo en mi estupido intento de caballerosidad le insistí inicia tu, Y me dijo: gracias, pero las piezas blancas inician primero.
Lo había olvidado, me sentí tan avergonzado, y ella solo Atino a reírse. en un instante le había creado mil poemas, a lo cierto debió ser el alcohol que aun me asechaba
moría por decirle esa mirada me encanta, esa sonrisa me hace temblar. Su luz parecía un sendero, desde la puerta hasta aquí, su mirada me plasmaba ciertas dudas de autenticidad de verdad es humana? parece de un origen divino, radiaba como una diosa su aroma era tan agradable como si drogase mis sentidos.
no sabia que era lo correcto, me distraía con facilidad al jugar, no podía hacer una jugada certera, no debía ganar, no podía, tenia que perder si o si, no quería ver su cara de derrota, aun no, tenia que perder como sea, pero se dio cuenta a tiempo y sin balbucear me dijo, no debes dejarme ganar puedo derrotarte si yo quiero, parecía un juego un tanto absurdo, los dos estábamos intentando perder.
No soy de cortejos, no lo soy, le dije y empezamos a conversar y creamos nuestro propio ambiente amical, le conté un par de chistes por que es lo único ameno que se hacer, solo quería ver su sonrisa, y oírla reír, le comente unas anécdotas de esas que tengo bien guardadas, y no paraba de reírse, toda mi vida le parecía un chiste y ya era como la tercera advertencia del profesor, hasta que se harto y nos sacó del salón, eso era lo que buscaba y por ella estaba bien,
Conversábamos mientras recorríamos todos los pasajes secretos de la universidad que mas parecían callejones, guaridas, escondites algo propicio para el momento, buscábamos donde sentarnos cuando le dije deseas un café? con tono energético dijo claro! Para este frió caería muy bien, pero está cerrado la cafetería, donde lo vas a conseguir? Tenia razón, el único lugar con café en ese momento era la sala de profesores, y entrar ahí es arriesgarse a una amonestación con el rector, y si mal no recuerdo ya tenia una por otros motivos.
Me reto a que no era capaz de coger el café, lo dude y le dije no lo se, tal vez me gane líos, pero luego asentí con la cabeza sin decir nada y esquivando la cámara de seguridad entre a escondidas tome dos vasos y Salí casi corriendo, nos sentamos en unas escaleras que están por la vuelta, donde pocos transitan, conversamos de la vida, nos reíamos de cualquier estupidez que decíamos, quedamos en ir al cine de risso que era el mas cercano, pero preferimos ir al billar, pero que raro… sabia jugar, le dije que deje vencerme pero en realidad me ganó por que si.
Pasamos hasta la tarde, fuimos a comer a “el buen sabor” pero que raro… también le encantaba el arroz chaufa, bebimos unas latas de cerveza caminando hacia la Av. canevaro, ella iba para san Borja y yo para mi casa
Nos despedimos sin despedir, sin decir mas, antes de irse le dije libra y precia entenderlo, no habia que explicarselo, nos volveríamos a ver el siguiente sábado en el taller de ajedrez, aun que la verdad no entramos.